La Administración Trump
decidió finalmente suspender el programa DACA (Deferred Action for Childhood
Arrivals), creado en la Administración Obama el cual concedía beneficios migratorios,
especialmente un permiso de trabajo, a hijos de migrantes que no están
documentados legalmente, pero que llegaron muy pequeños a los Estados Unidos y
que han crecido y se han integrado cultural y económicamente en ese país. Se
estima que el número de personas dentro del programa es de 800,000 personas.
Trump decidió extender el programa por seis meses y dejar la solución final al
Congreso.
Aunque la suspensión
del programa no significa una deportación automática, si se eleva el riesgo de
una eventual deportación, ante una eventual falta de acuerdo en el Congreso. La
suspensión de DACA tiene como antecedentes la fuerte presión de al menos diez
fiscales generales al Ejecutivo quienes indicaron que de no suspenderse DACA,
procederían con sendas demandas legales por considerar que el programa es inconstitucional. Debido a
la controversia generada por la eliminación de DACA, el Fiscal General de Tennessee,
retiraría el respaldo a esta posición.
La eliminación de
DACA se da a los pocos días de los devastadores daños del Huracán Harley en Texas,
segundo Estado después California con la mayor cantidad de población elegible
para DACA. La medida es desafortunada porque en definitiva no resuelve los
problemas estructurales del sistema migratorio en los Estados Unidos y genera
incertidumbre en una población completamente integrada en los Estados Unidos. Los
fiscales generales de los Estados de Washington y Nueva York han anunciado
medidas legales contra la Casa Blanca, por considerar que la medida vulnera los
principios constitucionales de los Estados Unidos.
Dentro de los
beneficiaros de DACA, México es el principal país de origen seguido por los países
centroamericanos quienes en conjuntos tienen 70,048 personas y El Salvador
tiene alrededor de 28,731 personas dentro del programa.
Por estados beneficiarios
de DACA, California es el estado con mayor población beneficiaria, aunque con
un peso relativo muy pequeño de la población, seguido del Estado de Texas y del
Estado de Nevada.
La medida queda ahora
en el Congreso de los Estados Unidos con un resultado difícil de anticipar, ya
que ambas cámaras están dominadas por los republicanos. De acuerdo a datos del
Congreso, el número de votos republicanos en el Senado ha ido en franco
declive. En 2007, se podían contar doce votos republicanos en favor de DACA, en
2010 cinco y en 2014 ninguno. Por el contrario, en la Casa de Representantes, 8
republicanos votaron para proteger DACA en 2010, 11 en 2014 y 26 en 2015.
En la Casa de
Representantes, los republicanos controlan 241 sillas de 435. Esto indica que
al menos 24 votos deberían alinearse del lado demócrata, suponiendo un voto común.
En el pasado, al menos 19 republicanos han copatrocinado algún tipo de
legislación que ha dado algún tipo de alivio a los “dreamers” (v.g. H.R. 1468
del Quinto Congreso).
En suma, no todo está dicho para los dreamers y los
próximos meses serán claves para un programa que, analizado por muchos expertos,
ha tenido impacto positivos tanto económicos como educativos. Ojala el sueño no
termine en pesadilla.
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