Recientemente, en una conferencia
nacional sobre las perspectivas del merchandising, el ponente hacía referencias
explícitas a la necesidad de innovar como estrategia para lograr resultados
corporativos importantes en un mundo globalizado y competitivo. Abundó, el
ponente, en ejemplos de diferentes compañías globales que han adoptado la
innovación como un signo de identidad y mostró los buenos resultados derivados
de la aplicación de esa estrategia. Y sin embargo, después de una charla muy
amena, no quedó muy claro cómo se implementa una estrategia de innovación.
El concepto de innovación es un
concepto poderoso pero difuso por las diferentes acepciones del término, por la
naturaleza misma de lo que significa innovación y por la elasticidad que el
mismo término permite. El Diccionario de la Real Academia Española define
innovación de manera circular: -la acción
y efecto de innovar, es decir, mudar
o alterar algo, introduciendo novedades.
En la amplia literatura sobre
innovación el término está asociado a un amplio crisol de temas como estrategia
empresarial, cambio tecnológico, economía digital, frontera productiva,
organización empresarial y corporativa, desarrollo del conocimiento o la
historia misma de la humanidad.
Esta amplitud de términos, no obstante,
tiene un punto en común. La innovación se encuentra íntima e indisolublemente
ligada a la creatividad. La creatividad entendida como una manera de romper los
paradigmas establecidos, de cambiar la manera de hacer las cosas, lo que
subyace al entendimiento de las relaciones causa y efecto como mecanismo
esencial para cambiar las diferentes situaciones de la realidad que, de suyo,
es compleja. La innovación entonces es el vehículo por medio del cual la
creatividad es aplicada. Sin creatividad la innovación no tiene contenido y sin
innovación las ideas creativas nunca son aplicadas (Gupta, 2007).
Y sin embargo, la innovación no
siempre tiene un fácil camino. Existen múltiples barreras para la
implementación de la innovación y todas ellas están generalmente asociadas a la
dificultad de romper los esquemas tradicionales. Algunas de estas barreras son la
“cultura” misma de las organizaciones, referido este aspecto a estructuras
jerárquicas rígidas y centralizadas y al poco espacio para el desarrollo de
procesos innovadores, a la ausencia de una estrategia explícita de innovación,
a procesos en muchos casos caducos o no adaptados a la cambiante realidad, a la
falta de metodologías que promueva la creatividad y la innovación, a la falta
de herramientas específicas para innovar o las presiones del tiempo que suelen
pasar factura en la falta de una visión prospectiva de mediano plazo (ver
esquema 1).
En las actividades de exportación
la innovación juega un rol esencial, especialmente porque la dinámica del
comercio internacional hace que los productos o servicios exportados estén
mayormente expuestos a múltiples competidores, los que deviene en la necesidad
de desarrollar estrategias de diferenciación del producto o servicio, ya sea
por innovaciones del mismo o por diferenciación vía precios y esto está
correlacionado con la experiencia de exportación y con el tamaño mismo de las
empresas.
Esquema 1
Barreras a la Innovación
Fuente: Sobre la base de Gupta (2007)
En El Salvador, de acuerdo a la
Encuesta de Opinión Económica sobre Gestión Exportadora, Calidad e Innovación
de 2011, de la Dirección General de Estadística y Censos, el 71% de las
exportaciones salvadoreñas son desarrolladas por empresas micro, pequeñas y
medianas, de acuerdo al siguiente criterio por número de empleados:
Micro empresa: De 1 a 10
Pequeña empresa: De 11 a 50
Mediana empresa: De 51 a 100
Gran empresa: de 101 a más
Fuente: Elaboración propia sobre la base de DIGESTYC, 2011
De hecho, en la misma
encuesta, los exportadores mostraron que la innovación aun es un concepto
incipiente ya que únicamente 23 (4.8%) de las empresas exportadoras de una
muestra de 475 manifestaron implementar un proceso de innovación y 211 (44%)
vinculó la innovación con actividades relacionadas como los estándares de
calidad de los procesos productivos.
Tamaño
|
Calidad
|
Innovación
|
Calidad e Innovación
|
No utiliza
|
No contestó
|
|
Micro
empresa
|
65
|
22
|
2
|
24
|
15
|
2
|
Pequeña
Empresa
|
190
|
63
|
9
|
77
|
27
|
14
|
Mediana
Empresa
|
79
|
17
|
5
|
38
|
9
|
10
|
Gran
Empresa
|
140
|
36
|
7
|
72
|
16
|
9
|
No
contestó
|
1
|
1
|
0
|
0
|
0
|
0
|
Total
|
475
|
139
|
23
|
211
|
67
|
35
|
Es importante tener en
consideración que las empresas salvadoreñas son relativamente “jóvenes” desde
el punto de vista de la presencia en los mercados internacionales, en parte
porque la apertura comercial es relativamente reciente y porque responde a las
fases de la exportación que van desde una fase preliminar, la fase de
exportación inicial y la fase de exportación avanzada. De hecho, el 77.4% de
las empresas exportadoras en El Salvador tienen menos de 20 años de experiencia
en los mercados internacionales de exportación y aun en los casos de las
empresas de mayor tamaño, la experiencia exportadora se dan dentro de estos
parámetros.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de DIGESTYC, 2011
Preliminar
|
Las empresas atienden el mercado
nacional
|
Se considera la exportación pero no
se da el salto
|
Las que exportaron pero no
continuaron
|
Exportación Inicial
|
Exportación esporádica, marginal
|
Gran potencial
|
Imposibilidad de satisfacer las
demandas de exportación
|
Avanzada
|
Exportación regular
|
Amplia experiencia en el exterior
|
Nuevos métodos de comercialización
|
Las tendencias recientes en
materia de innovación hacen referencia a la necesidad de desencadenar y
estimular el proceso de innovación por medio del intercambio de información y
transformar esta información en conocimiento y aplicarlo. En otras palabras se
trata de volver a aprender y de aprender por medio de la interacción creativa.
En este sentido, el desarrollo
de contextos institucionales y de espacios de comunicación es fundamental y
puede ser desarrollado por diferentes mecanismos y medios. La interacción
creativa se puede presentar con otras organizaciones o empresas, socios,
clientes, proveedores o incluso competidores así como con las universidades, centros
de pensamiento y las organizaciones gremiales. Adicionalmente, el crecimiento de
los espacios digitales, su amplitud y difusión abren nuevas ventanas de
oportunidad para el estímulo de los procesos de innovación. Sin duda lo
importante es que la innovación no sea un tema difuso en las organizaciones
sino un proceso en desarrollo que permita que ésta emerja en una amplia
variedad de formas y se eleve a un nivel mayor del que previamente se ha
establecido. Esa es la ruta.
Referencias
Gupta, P. (2007). Business Innovation in the 21th Century. BookSurge. LLC
DIGESTYC (2011). Encuesta Económica de Gestión Exportadora, Calidad e Innovación. San Salvador.
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